Decidí llamarle vacaciones a un momento extraño de levitaciones y perturbaciones que me pasearon oscuramente por el pasado presente y futuro de mi cuerpo, a veces tan extraño, en este terreno terruño que nos acoge a todos, a mí.
Observé que esto que me contiene y me mantiene aquí parada o echada o arrodillada fue una jaula en muchos momentos que recuerdo muy bien, ratos en los que quise largarme y dejarlo abandonado. Este cuerpo que me hace estar aquí frente a la computadora y poder escribir esto, el que me da esta cara que hace que me reconozcan y sepan que es ésta la cara que dice esto, y que así se ve la que dice o hace ciertas cosas, no me está obligando, no me está obligando… no me está obligando. Y me lo repito un par de veces más para no olvidarlo.
Pero a veces me gustaría quitármelo de encima. Tener un descanso, poder volar un rato sin temor a romperlo. Ver cuál es mi verdadera cara porque sé que no es ésta.
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